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El Centro para la Salud y la Educación de las Mujeres

Enfermedades infecciosas en el embarazo

Lista de artículos

  • Tuberculosis en el embarazo
    La enfermedad tuberculosa (TB) no tratada representa un peligro mayor para una mujer embarazada y su feto que su tratamiento. La estreptomicina es el único medicamento contra la tuberculosis que se ha documentado que tiene efectos nocivos en el feto humano (sordera congénita) y no debe usarse. La pirazinamida (PZA) probablemente se pueda utilizar de forma segura durante el embarazo y está recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Internacional Contra la Tuberculosis y las Enfermedades Pulmonares (IUATLD). Si PZA no se incluye en el régimen de tratamiento inicial, la duración mínima del tratamiento es de 9 meses. Para las mujeres embarazadas con tuberculosis multirresistente (MDR), el tratamiento debe realizarse en consulta con un experto en tuberculosis multirresistente. Muchos de los medicamentos que se utilizan actualmente para el tratamiento de la tuberculosis multirresistente pueden ser perjudiciales para el feto. La mayoría de los pacientes con tuberculosis pulmonar no tratada previamente pueden recibir tratamiento con un régimen de 6 meses o de 9 meses, aunque el régimen de 6 meses se utiliza para la mayoría de los pacientes. Todos los regímenes de 6 meses deben contener INH, RIF e inicialmente PZA. El objetivo es completar todas las dosis en 1 año.

  • Infección por el virus de la hepatitis C y embarazo
    La infección por el virus de la hepatitis C (VHC) se ha denominado una epidemia silenciosa, porque después de la infección, muchas personas no se reconocen ni se tratan hasta años más tarde. La revisión describe la prevalencia de la infección por VHC durante el embarazo, evalúa los factores de riesgo actuales asociados con la positividad de anticuerpos contra el VHC e identifica nuevos factores de riesgo compuestos para la identificación de los grupos con más probabilidades de demostrar seropositividad de anticuerpos contra el VHC en una población obstétrica. Se ha demostrado que los bebés nacidos de mujeres VHC positivas tienen más probabilidades de tener bajo peso al nacer, ser pequeños para la edad gestacional, ser ingresados ​​en la unidad de cuidados intensivos o requerir ventilación asistida. El cribado universal del VHC durante el embarazo es una estrategia justa y realista que debería implementarse en los sistemas sanitarios de todo el mundo. En esta revisión, también proporcionamos un resumen actualizado de la evidencia existente sobre el uso pediátrico de antivirales de acción directa (AAD), resumiendo las indicaciones para el tratamiento y las recomendaciones para la monitorización.

  • Enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) y embarazo
    El nuevo coronavirus (COVID-19) es una situación emergente que evoluciona rápidamente. Las publicaciones del Centro de Salud y Educación de la Mujer (WHEC) en colaboración con las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) proporcionarán información actualizada a medida que esté disponible. Se alienta a todas las personas, incluidas las embarazadas, a tomar precauciones para evitar la exposición al COVID-19 a medida que evoluciona la pandemia. Las mujeres embarazadas admitidas con sospecha de COVID-19 o que desarrollan síntomas sugestivos de COVID-19 durante el ingreso deben ser priorizadas para las pruebas. La transmisión maternoinfantil de COVID-19 durante el embarazo es poco probable, pero después del nacimiento un recién nacido es susceptible a la propagación de persona a persona. El modo de parto debe ser individualizado y basado en las preferencias de una mujer junto con indicaciones obstétricas. Las cesáreas solo deben realizarse cuando esté médicamente justificado. En estudios limitados, COVID-19 no se ha detectado en la leche materna. A medida que la situación evoluciona, este documento puede actualizarse o complementarse para incorporar nuevos datos e información relevante.

  • Infección por el virus del Zika en el embarazo
    La infección por el virus del Zika en humanos parece haber cambiado de carácter al expandirse en el rango geográfico. El virus del Zika ahora se ha establecido claramente como la causa de malformaciones fetales graves, particularmente microcefalia. El riesgo de lesión fetal parece ser mayor cuando se produce infección materna en el primer trimestre del embarazo. El virus del Zika ahora se ha establecido como la causa del síndrome de Guillain-Barré (GBS) en adultos. Aunque la mayoría de los casos de infección por el virus del Zika se transmiten como resultado de las picaduras de mosquitos, los pacientes pueden adquirir la infección a través del contacto sexual. Se ha documentado la transmisión de hombre a mujer y de mujer a hombre. Actualmente, las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa en tiempo real (rRT-PCR), inmunoglobulina M (IgM) y pruebas de neutralización de reducción de placa (PRNT) están disponibles para detectar la infección por Zika, aunque cada prueba tiene limitaciones. Si un paciente ha tenido síntomas de infección por el virus del Zika durante menos de 5 días, se debe obtener suero y orina para la prueba de rRT-PCR. Si los síntomas han estado presentes durante 5 a 14 días, se debe analizar la orina mediante rRT-PCR porque las muestras de orina parecen seguir siendo positivas para el virus por más tiempo que las muestras de suero. Los ensayos en etapas iniciales examinan si una vacuna experimental es segura y genera respuestas inmunes en voluntarios vacunados. Es probable que una vacuna contra el Zika segura y efectiva con licencia completa no esté disponible por varios años.

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